LSDmagazine conoce a Luis Cansino, el famoso barítono nacido cantando y encantando al mundo

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Seguimos con nuestras entrevistas a los protagonistas de la vuelta a la escena del Teatro Real. Hoy es el momento de Luis Cansino, barítono, gran interprete de  Giorgio GErmont, padre di Alfredo, en La Traviata.

En el segundo acto de La Traviata experimentamos uno de los momentos más intensos y contrastados de todo el trabajo de nuestro amado Giuseppe Verdi. El choque entre el padre de Alfredo, Giorgio Germont, un defensor riguroso de la burguesía del siglo XIX y de esos valores hipócritamente pseudocristianos, y Violetta Valery, nuestra amada Violetta, que solo conoce su profundo amor por Alfredo y la gran obra de redención que él ha logrado en su vida previamente disoluta … y que la están haciendo disfrutar los últimos días de una vida ahora condenada por la tuberculosis.

Por esta razón, después de conocer a la soprano Ekaterina Bakanova, decidimos conocer al barítono Luis Cansino, quien, magistralmente, representó a Giorgio, el padre que parece una roca con sus creencias pequeñoburguesas, pero que entonces se da cuenta, ante la muerte, del error que ha cometido.

Querido Luis, tu papel no es nada fácil, ¿cómo lograste sentir dentro de ti esta fuerza de un padre que, hoy, casi no tendría sentido, logrando transmitir a los espectadores, esa sensación que de malentendido pasa al odio pues a desprecio y luego, finalmente, a la compasión? …

Bueno, en primer lugar, quiero agradecer tus palabras acerca de mi actuación. Yo creo que en la creación de un rol debe ir pareja la interpretación vocal con la escénica y debemos, siempre, intentar dar la mayor credibilidad posible a cada personaje que encarnemos. Puede que la gente piense que hoy en día un padre como Giorgio Germont no tendría sentido; yo no estoy muy de acuerdo, sobretodo si pensamos que nadie enseña a un padre o a una madre a serlo y que, a parte que continúan existiendo convencionalismos sociales, los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos y buscan protegerles. ¿A veces en exceso? Pudiera ser pero, pregunto: ¿hay mucha diferencia en cómo reaccionaría un padre hoy en día a uno del siglo XIX si recibe la noticia de que su hijo se ha ido a vivir con una prostituta? Sinceramente, no lo creo. Germont llega a casa de Violetta con la intención de acabar con esa situación pero no es un hombre malo. Actúa como cree debe hacerlo para defender el honor de su familia y termina comprendiendo que el amor de su hijo y de Violetta es sincero y está dispuesto a aceptar y bendecir ese amor aunque llegue ya tarde.

La presencia en el escenario, la capacidad de interpretar y expresar la frase … cantar para hablar, hablar para cantar … sabiendo que fue una gran experiencia para mí, una lección compartida. Te pregunto si la necesidad de mantenerse separado durante la obra influyó y si, en tu opinión, lo que dijo Leo Castaldi, que la música y la canción habrían llenado las distancias, fue hecho especialmente para ti con Ekaterina. 

Creo que el distanciamiento no perjudica nada en el caso de Germont; es más, ayuda a la construcción del personaje al mantener las distancias con Violetta en el gran dúo del segundo acto, con su propio hijo (es probable que, en la época, no se exteriorizase tanto el afecto paterno-filial, y también con la sociedad cuando llega al final de la fiesta de Flora. Incluso al final de la ópera, ese distanciamiento ayuda para que se refugie en sus remordimientos. Finalmente, fue muy fácil trabajar con Ekaterina y escénicamente nuestro dúo fluyó ya en el primer ensayo. Ella es una grandísima actriz y a mi me encanta trabajar con gente así porque mi permite intentar dar también lo mejor interpretativamente de mi.

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Hablemos un poco sobre tu pasado. ¿Cuando empezaste? ¿Cuál fue el personaje que más te emocionó? 

Bueno, he contado ya varias veces que yo empecé a estudiar canto únicamente para educar mi voz pero no con la intención de dedicarme a la Lírica. Lo que pasa es que una vez dentro, me atrapó y enamoró. Debuté muy joven, con tan sólo 20 años, en los Veranos de la Villa en el Centro Cultural de la Villa, hoy teatro Fernán Gómez, de Madrid, un 27 de agosto de 1987, con lo que, estoy a punto de cumplir 33 años de carrera. Respecto al personaje, es algo muy complicado porque yo intento siempre enamorarme de cada rol, pero si tuviera que escoger uno tal vez sería Rigoletto en ópera y Vidal, de "Luisa Fernanda", en zarzuela.

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Para terminar,  tu futuro …

¿Qué planes tienes después de esta emocionante experiencia de volver a las escenas aquí en el Teatro Real de Madrid? 

Pues creo que, lo primero es terminar estas funciones y saborear lo que ha supuesto el regreso a los escenarios y, encima, en el Real. Creo que nos daremostodos cuenta con el tiempo de la dimensión real de lo que aquí se ha logrado en estas semanas y de demostrar la voluntad por volver y que es posible hacerlo con un estricto protocolo de seguridad explicando con ello que si vuelven los centros comerciales, los aviones, las terrazas, también puede y debe volver la Cultura, que, además, lo hace respetando las reglas establecidas por bien de todos. Después vienen producciones muy interesantes en A Coruña, Vigo, Bilbao, La Zarzuela, el Villamarta de Jerez, pero quiero ser cauto porque, si algo nos ha enseñado esta crisis es que no podemos tener certeza de nada. Sólo quiero tener salud para poder cantar todo lo que tego previsto y, compaginarlo, con la secretaría general de A.L.E, el Sindicato de Artistas Líricos de España que cree junto a otros grandes compañeros y cuyo objetivo es ir mejorando poco a poco las condiciones laborales de todos los artistas líricos de nuestro país, desde las primeras figuras a aquellos compañeros más desprotegidos a los que esta pandemia ha golpeado cruelmente. 

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Muchas gracias querido Luis por tu disponibilidad y simpatía que los lectores de LSDMagazine apreciarán … hasta pronto.